Nicaragua, una economía en vías de desarrollo?
El desarrollo económico de Nicaragua se ha caracterizado por los sistemas políticos imperantes, según el signo del gobierno de turno. Por tanto, no ha estado sujeto al rigor del ejercicio económico que se ciñe a los planes, evaluaciones y tendencias de la economía, en una visión proyectada para 20 o 30 años, como proyecto de Nación, sino sujeto al vaivén de la política.
Así,
en las décadas de los 60’s y 70’s estuvo sujeta al modelo de desarrollo
agropecuario, centrado principalmente en productos de exportación como el
algodón, el azucar, el café y la carne, cuando otros países, más concretamente
nuestro vecino Costa Rica, ya estaba agotando el modelo de sustitución de
exportaciones, con un desarrollo endógeno de tecnologías y productos de consumo
popular que eran generalmente importados.
Bien
es cierto que durante ese período, Nicaragua proclamó que era “el granero de
Centroamérica”, y es cierto, un gran mercado de productos basicos: arroz, maíz,
frijoles, leche, etc.. a precios irrisorios de mercado local, no apreciados
según el mercado internacional, pero abundantes. Por eso los demás países de
Centroamérica compraban en el “Egipto de Centroamérica”, pero el PIB no crecía
lo necesario.
Nicaragua,
por su parte, adoptó el modelo de sustitución de importaciones a partir de los
años 80’s, con 20 años de retraso, siguiendo recomendaciones de asesores
cubanos, chilenos y europeos, cuando este modelo ya había agotado sus bondades
en las economías emergentes del mundo en esa época, y de paso había creado
tensiones estructurales que dieron paso a las crisis del 1982 y 1983.
Nuestros
vecinos, al abandonar la política de sustitución de importaciones, adoptaron el
modelo de apertura comercial y de promoción de exportaciones, con reducción del
proteccionismo, un régimen cambiario cuasi “de deslizamiento o de mini
devaluaciones” y la reducción del régimen fiscal aunada a una política
monetaria responsable. (Lizano, 1999).
Finalmente, quiero apuntar otro elemento que hemos asumido nuevamente tarde. A partir del año 1965 los costarricenses, amantes del buen vivir y de la acumulación de bienestar, es decir, hablamos de una clase media que está pujando por establecerse dentro de la sociedad, decide iniciar el período de reducción de la relación de dependencia. La relación de dependencia es un indicador demográfico que tiene mucha relación con indicadores económicos, pues compara, al menos teóricamente y de forma genérica, la población creadora de riqueza con la población dependiente. El valor alto en la tasa de dependencia es un problema creciente en los países desarrollados. Dicho en otras palabras, cuantas bocas se deben sostener con un salario. Esto cruzó por iniciar los programas de control de la natalidad.
En
la actualidad, en Costa Rica el bono demográfico se estima que terminó en 2014,
pero los economistas ticos esperan que se prolongue hasta la década del 2040.
Al reducir la relación de dependencia (de nuevo, menos personas a sotener con
un salario), aumentó de forma inversamente proporcional el Producto Interno
Bruto per cápita.
En
Nicaragua, la reducción de la relación de dependencia se inició en los años
70’s, pero con la llegada del gobierno sandinista en los 80’s se consideró que
era una estrategia imperialista para debilitar a los pueblos, y se anularon
todos los programas relacionados con ese aspecto. Nicaragua, a partir de ese
año, despega su crecimiento poblacional, y supera a Costa Rica en cuanto a su
curva de crecimiento, siendo este el apartado en el que sí hemos crecido más
que nuestros vecinos.
Nicaragua apenas comienza a reconocer la existencia del bono demográfico a partir del año 2012 o 2013, con una diferencia de unos 30 o 40 años con Costa Rica, pero nos encontramos con dificultad para reducir la relación de dependencia, ya que la oferta de mano de obra no va acompañada de la correspondiente oferta de puestos de trabajo.
Nicaragua
enfrenta grandes retos para modernizar su economía, para desarrollar sus
recursos productivos y hacerlos más eficientes, para aprovechar el bono
demográfico que se tiene y poder desarrollar la economía y llevar bienestar a
toda la población en mayor cuantía cada año. Pero lo que si se debe hacer es
definir una política económica propia, acorde con los modelos económicos de los
países en desarrollo con similitudes economicas y sociales con Nicaragua.
Cualquier otro modelo copiado con años de retraso no va a dar resultado, porque
muchos de los modelos económicos disponibles ya están obsoletos en estos
tiempos.
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